Todo escritor debe tener una imágen clara de qué va a escribir, a quién va a escribir y para qué va a escribir. Las comunicaciones en s.XXI signadas por el mayor avance tecnológico de que se tenga noticia, desde el invento de la escritura hace 4.500 años en las ciudades florecientes de la fértil creciente,se ve a veces interrumpida por falta de un conocimiento claro de los participantes en el proceso comunicativo.
En toda comunicación hay un YO ENUNCIADOR CONOCIDO, el profesor, el conferencista, el político, el sacerdote, el novelista, el ensayista, quien tiene unas condiciones específicas de personalidad, de sexo, de edad, de condición socioeconómica las cuales afectan lo que dice, como lo dice y por qué lo dice.
Hay en el otro extremo del continuo que constituye el acto comunicativo un TU DESTINATARIO CONOCIDO, que lo mismo que el YO, tiene condiciones específicas de personalidad, educación, condición socioeconómica, profesión que lo predisponen o no para recibir la información que conoce en un libro, una videoconferencia, un discurso político etc..
Queda por señalar ahora el discurso que se va a emitir, que tiene formas de organización. relaciones de fuerza al interior de la relación yo enunciador tu destinatario, modos de organización como descriptivos, narrativos, explicativos, argumentativos y tipo de género discursivo.
Para ilustrar esta teoría nada mejor que el texto de Italo Calvino,Si una noche de Invierno un viajero...
"stás a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino, Si una Noche de Invierno un Viajero. Relájate. Concéntrate. Aleja de tí cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto. La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisián encendida. Dilo en seguida, a los demás :" ! No, no quiero ver la televisión !". Alza la voz, si no te oyen:" !Estoy leyendo! ! No quiero que me molesten!". Quiza no te han oído, con todo ese estruendo; dilo más fuerte, grita: "! Estoy empezando a leer la nueva novela de Italo Calvino!". O no lo digas si no quieres; esperemos que te dejen en paz.
Adopta la postura más cómoda: sentado, tumbado aovillado, acostado. Acostado de espaldas, de lado, boca abajo. En un sillón, en el sofá, en la mecedora, en la tumbona, en el puf. En la hamaca, si tienes una hamaca. Sobre la cama, naturalmente, o dentro de la cama. También puedes ponerte cabeza abajo, en postura de yoga. Con el libro invertido, claro.La verdad, no se logra encontrar la postura ideal para leer. Antaño se leía de pie, ante un atril. Se estaba acostumbrado a permanecer de pie. Se descansaba así cuando se estaba cansado de montar a caballo. A caballo a nadie se le ocrurría nunca leer; y sin embargo ahora la idea de leer en el arzón, el libro colocado sobre las crines del caballo, acaso colgado de las orejas del caballo mediante una guarnición especial, te parece atractiva. Con los pies en los estribos se debería estar muy cómodo para leer, tener los pies en alto es la primera condición para disfrutar de la lectura."
En estos párrafos Calvino se está dirigiendo directamente a un posible lector y contándole como debe disponerse para leer con delite su nueva novela.
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